martes, 29 de junio de 2010

"Mija! Nos cambiamos de casa!"

"Mija! Nos cambiamos de casa! Eso he oído decir a mi señor padre varias veces en mi vida cuando él, como jefe del hogar, ha decidido que nos mudamos de casa, noticia a veces recibida con alegría otras veces con un poco de incertidumbre y otras con un poco de nostalgia de lo que se deja atrás. Creo que tal vez algo de todas esas sensaciones se encuentran en nuestro querido mandatario, quien al parecer empieza a sentir la nostalgia y la tristeza de dejar la Casa de Nariño y empieza a preocuparse por su futuro, mientras utiliza el poder que aún tiene en sus manos para garantizar que el día de la subasta le asignen a él y no a otra persona las escrituras del inmueble que tanto ha deseado.

El señor presidente no pudo hacer nada para que lo desalojaran de la Casa de Nariño, pero en estos mesesitos que le quedan en el hogar que fue suyo durante ocho años, empieza a mostrar las ganas que tiene de quedarse con el apartamento de al lado, a saber el Palacio Liévano. ¿De dónde a acá su preocupación por las irregularidades en los contratos del Distrito? ¿De dónde a acá tanto interés porque los bogotanos tengamos metro? Si hasta ahora el único que se ha dado la muenda por el dichoso metro ha sido el desafortunado alcalde Samuel Moreno, al que no han hecho sino darle en la torre por su obstinación con el tema.

¿Por qué después de tantos años de un momento a otro resulta que sí va a haber plata para construirlo? No sé a ustedes, pero a mí tanto interés me resulta sospechoso, aunque en realidad se ha vuelto costumbre del señor Uribe Vélez estar en campaña permanente desde el poder, primero por la Presidencia de la República y ahora por la Alcaldía de Bogotá. ¿O será que lo que quiere es estar cerquita a Juan Manuel para echarle un ojito y depronto invitarlo uno que otro día a desayunar, para darle unas ideitas de cómo gobernar?, ¿o tal vez quieren poder ir un domingo juntos a trotar por la ciclovía?, ¿o tal vez quiere ir de vez en cuando a recostarse en su camita de los últimos 8 años?, lo digo porque a veces cuando voy a la casa de mis padres, suelo arruncharme un ratito en mi antigua cama para descansar y recordar las épocas felices de mi vida...me imagino que debe ser bueno tener a Juanma de vecino para ir a pedirle azúcar cuando se acabe la de la oficina y no haya para echarle al tinto.

La verdad es que sea lo que sea es mucho más fácil hacer cualquiera de estas cosas estando a poco menos de una cuadra del Palacio de Nariño....El caso es que Mr. President, quiere ser Mr. Alcalde, y ya está alistándose para decirle a Lina: "Mija nos cambiamos de casa....pero para el apartamento de al lado!".

domingo, 20 de junio de 2010

Hoy las ganas de hablar de política son realmente pocas

La idea de este blog era escribir sobre política, hoy los que hemos tenido que estudiar política y los que nos declaramos defensores de la democracia como yo nos enfrentamos al lado más oscuro de la democracia y es el darnos cuenta de que en este juego democrático siempre hay ganadores y perdedores. Hoy hago parte del grupo de los perdedores y las ganas de hablar de política son realmente pocas... pocas porque recibo con gran tristeza la victoria del Dr Juan Manuel Santos como nuevo presidente de mi país. A esta profunda tristeza se le suma una gran preocupación, preocupación por la democracia y sobretodo preocupación por la justicia, preocupación por la oposición que ha sido criminalizada por el uribismo en varias ocasiones, preocupación por las desigualdades sociales, preocupación por el futuro de mi país, por las relaciones con los demás países etc.

En medio de este dolor que siento en el fondo de mi alma las palabras no fluyen y la desilusión se hace inmensa junto con las ganas de salir corriendo a una isla desierta muy lejos de aquí. Me fallaron mis compatriotas y aunque hubo una ola verde que trató de hacer historia, creo que no escogió el candidato adecuado para enfrentarse a la maquinaria oficialista.

Pocas ganas quedan de seguir luchando, y cada día estoy más convencida de que el camino a recorrer se aleja cada vez más del país del realismo mágico en el que la magia cada vez es más poca y la realidad cada vez más violenta.